Expertos en el mundo han determinado que cuando existen periodos largos de Pandemia se presentan fenómenos entre la población que pueden generar conductas de riesgo frente a la misma. A uno de estos comportamientos se le denomina fatiga de precaución y consiste en relajarse e ignorar las medidas de prevención.
Las medidas de autocuidado deben ser estrictas en situaciones de pandemia, es importante tener en cuenta para evitar este fenómeno:
Priorización de eventos que brinden sensación de fortaleza física y emocional como por ejemplo hacer ejercicio, alimentarse bien, establecer metas alcanzables.
Dormir lo suficiente, consumir suficiente agua y evitar el consumo de bebidas alcohólicas entre otras.
El fenómeno de fatiga de precaución se puede presentar mayormente en poblaciones jóvenes que pueden no sentirse particularmente en riesgo.
Esta conducta puede relacionarse con la teoría del déficit de autocuidado. «Las personas pueden tener dificultades para emitir juicios sobre su salud y este déficit no puede ser considerado un problema de salud mental sino que refleja otro patrón de comportamiento exacerbado en algunas personas que al incorporar rutinas de autocuidado exigen cambios culturales como por ejemplo el uso del tapabocas».
La premisa siempre debe ser la protección de la salud para evitar que se disminuyan las medidas de autocuidado en nuestros hogares.